
Los actores Robin Williams y Christopher Reeve (en la foto superior, junto a la familia de éste) eran tan amigos que hicieron el pacto de ayudarse uno a otro durante toda la vida. Cuando el intérprete de "Superman" sufrió el accidente que le dejó postrado en una silla de ruedas, Williams, además de ofrecerse a costear de su bolsillo el tratamiento, fue a visitarlo al hospital vestido de médico ¡y le anunció que iba a praticarle un examen rectal! "Fue la primera vez tras mi accidente -confesó Reeves en sus memorias- en la que tuve la impresión de que todo iría bien". A pesar de lo terrible de la situación, el afecto y el optimismo de un amigo logró aligerar el peso de su pena. Y es que el apoyo de la familia y de los buenos amigos (aquellos que "siempre están allí") nos hacen sentir seguros y confiados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario